Una revolución: el mundo no es sólido

“La materia no existe, todo es energía y vibración” A. Einstein

“El universo no está hecho de cosas. Sino de redes de energía vibratoria que emergen de algo aún más profundo y sutil” Werner Heisenberg, uno de los padres de la mecánica cuántica

“Si quieres descubrir los secretos del Universo, empieza a pensar en términos de energía, frecuencia y vibración” Nikola Tesla

¿Recuerdas lo que estudiamos en la escuela, en lecciones de física relacionadas con el tema? Que una silla, una mesa, un árbol, un perro, un vaso, las estrellas, los seres humanos, etc.… están formados por células que forman un todo de materia. La materia es el fundamento constitutivo de todos los cuerpos y de todas las cosas: indica genéricamente todo lo que tiene cierta masa y ocupa cierto espacio. Entonces, como nos enseñaron en las lecciones de física y ciencias cuando íbamos a la escuela, todo ser vivo (hombre, perro, pez, virus, etc.) o inanimado (silla, televisión, armario, casa, metal, etc.) está compuesto de materia porque tiene cierta masa y ocupa cierto espacio. Haciendo experimentos en lo infinitamente pequeño de la materia (viva o inanimada) se descubrió más tarde que la misma está hecha de átomos y que a su vez cada átomo está formado por un núcleo formado por protones + (partículas positivas) y neutrones (partículas sin carga) alrededor de la cual giran los electrones (partículas negativas de la misma cantidad que los protones), sin seguir una órbita definida y a cierta distancia.

 Un átomo tiene un tamaño de aproximadamente un centésimo de millonésimo de centímetro. Si hacemos crecer el átomo como la cúpula de San Pedro, su núcleo sería del tamaño de un grano de sal. Un grano de sal en el centro de la cúpula de San Pedro con granos de polvo girando a su alrededor (electrones) a velocidades muy altas. Entonces, si agrandamos el núcleo atómico al tamaño de una manzana, veríamos que los electrones girarían alrededor de él a una distancia de aproximadamente un kilómetro (1 KM).

Esto implica que la mayor parte del espacio dentro de un átomo es espacio vacío.

Básicamente, LA MATERIA ESTÁ VACÍA.

Pero entonces, si la materia está hecha de átomos y los átomos están compuestos principalmente de espacio vacío, ¿qué es lo que hace que la silla en la que nos sentamos sea sólida y evita que caigamos al suelo?

Max Planck, físico alemán, pionero de la mecánica cuántica y premio Nobel de física, lo descubrió, llegando a afirmar: “¡La materia no existe, todo es vibración!” Además, en 1944, pocos años antes de su muerte, escribió: “Habiendo dedicado toda mi vida a la ciencia más racional posible, el estudio de la materia, puedo decirles al menos esto sobre mi investigación sobre el átomo: la materia como tal no ¡existe! Toda la materia existe sólo en virtud de una fuerza que hace vibrar las partículas y, al hacerlo, mantiene unido este diminuto sistema solar del átomo. Podemos suponer bajo esta fuerza la existencia de un Espíritu Inteligente y Consciente. Este Espíritu es la razón de toda materia.

Veremos más adelante lo que implica la segunda parte de esta asombrosa declaración, pero la primera parte ya es revolucionaria en sí misma, y de hecho la física cuántica revolucionó toda la física tal como la conocíamos desde la época de Newton y Galileo Galilei…

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